
Cuando Apple anunció el lanzamiento de su reloj en marzo de 2015, el
director general de la empresa, Tim Cook, lo describió como el gadget
más íntimo de la compañía, y sí, lo es, pero requiere de tiempo para
tener una verdadera experiencia de uso.
Utilicé el reloj de categoría media con un extensible de acero entrelazado (milanesa) y de 38 milímetros. Se siente más como un reloj que como un gadget,
aunque la tecnología se hace presente desde que la pieza se engancha a
la muñeca, ya que la pantalla se configura dependiendo si la persona es
diestra o zurda.
El proceso entre configurarlo y salir de la tienda con el aparato
funcionando toma alrededor de 15 minutos. Se debe sincronizar al menos
con el iPhone 5 y con la versión más actual de iOS, 8.3, de otro modo no
funciona.
Aplicaciones, contactos e información, casi todo se puede replicar en el
reloj, basta con activar qué apps replicar desde la app en el
smartphone. Ese es su centro de control.
Notificaciones a la medida
Uno de los objetivos
de la firma de la manzana al lanzar el reloj fue crear una pieza que
diera más libertad al usuario para vivir su día a día sin tener los ojos
inmersos en la pantalla del iPhone.
Una persona promedio checa su smartphone, al
menos, 150 veces al día y entre 50% y 70% de estas veces, lo ve para ver
la hora, dice la especialista en tecnología vestible de la consultora
Forrester, Julie Ask. “Con la llegada de los wearables estos momentos,
llamados micromomentos, se deben reducir. Se volteará al ver el teléfono
sólo cuando es necesario”,

La configuración
personalizada fomenta que estos “micromomentos” se reduzcan. El usuario
puede elegir qué aplicaciones ver en el reloj y de cuáles sí y no
recibir notificaciones. Se pueden dar de alta hasta 20.
Aunque no de forma dramática,
en mi caso los micro momentos se redujeron. Con los días empecé a poner
menos atención al teléfono sobre la mesa y a sacarlo menos de la bolsa;
sin embargo, antes de lograr esto hay que pasar por una inevitable
curva de aprendizaje
Curva de aprendizaje, la joya de la corona
Una de las cosas que
toma un poco de tiempo entender cómo usar es la “corona digital” del
reloj; pues sirve para navegar en el dispositivo e interactuar con el
sistema.
Sirve para acercar o alejar objetos en la pantalla así como para
recorrer un mensaje completo hacia arriba y abajo, como un email o un
mensaje. Tras entender que los dedos son demasiado grandes para
interactuar con la pantalla del reloj, la corona se vuelve más útil.
Además de la corona,
otro factor al que hay que acostumbrarse es las vibraciones del reloj en
la muñeca. Cada usuario puede configurarlas en intensidad y sonido. Lo
que toma más tiempo es acostumbrarse al significado de cada vibración o
sonido.

Un suave trino
significa un recordatorio de actividad física; una campana y una
vibración es un evento que está por comenzar y una llamada es una larga y
constante vibración en el brazo, la cual puedes contestar desde el
reloj o bien pasar al teléfono.
En situaciones como ir manejando o al estar sólo,
tomar una llamada desde el reloj es práctico; más aún que usar audífonos
o el altavoz como manos libres.
Algo que también se suma al aprendizaje es tener que
poner a cargar el reloj cada noche. Si bien la batería dura todo el
día, no lograría pasar más de 24 horas sin cargarlo.
Sólo para gente activa
El Apple Watch cuenta
con un sistema de tres anillos que se llenan en tiempo real a lo largo
del día y que muestran el monitoreo de la actividad física del usuario:
calorías quemadas, tiempo de ejercicio y tiempo de pie. Si al pasar el
día llegaste a tus objetivos calóricos, el sistema te incentiva con
medallas en pantalla y va exigiendo más cada semana según tu desempeño.
Si el usuario es una
persona acostumbrada a hacer ejercicio es útil, de otro modo es una
función predominante en el reloj que queda relegada a las mediciones
diarias pero sin objetivos.

Al momento de
hacer ejercicio es cuando tal vez más se aprovecha el reloj. Se puede
sincronizar vía bluetooth con audífonos para eliminar los cables al
correr o bien conectarse a un monitor de ritmo cardiaco externo para
ahorrar batería al recorrer distancias largas como un maratón o
entrenamientos largos de más de una hora y media.
La app de actividad prevé objetivos
calóricos y de rendimiento en distintas actividades desde Crossfit,
hasta levantamiento de pesas.
El constante recordatorio para alcanzar los objetivos
diarios en el ejercicio podría ayudar a la gente a sumarse a regímenes
más sanos aún en jornadas largas de oficina. Sólo basta con ver en una
pantalla, una medición precisa de lo que se quema por estar sentado la
mayor parte del día.
En espera de un reloj independiente
Durante los 10 días
que usé el Apple Watch logré tener más conciencia de mis hábitos físicos
y comencé a darme cuenta de la prioridad de las notificaciones, qué es
importante y qué es distracción, e incluso dejé de tener el smartphone
siempre a la vista.
Incluso al usar los mapas, el reloj fue capaz de guiarme hasta mi
destino, sin sacar el teléfono de la bolsa. Basta con poner la
dirección una vez en los mapas del teléfono y el reloj te guiará hasta
allí.
Pero a
pesar de estas ventajas, el reloj no permite despegarse del todo del
teléfono. El alcance que existe entre ambos es de nueve metros (30 pies)
por lo cual dejar el teléfono en el escritorio mientras se atiende una
junta en otra sala, en varias ocasiones, no es una opción. Cuando el
reloj y el teléfono dejan de hablarse pierden su utilidad.

Pagar con Apple
Pay desde el reloj, hacer check-in en un aeropuerto con el código QR,
contestar una llamada o quemar calorías son opciones que le agregan
valor al gadget; sin embargo, hay que tener en cuenta que muchas de
estas opciones no serán posibles en México, al menos no por ahora, como
el uso de Apple Pay o Passbook.
El reloj de Apple estará disponible en México a
partir del viernes 26 de junio; los precios oficiales del reloj para
México aún no han sido revelados por la compañía.
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